Me llamo Ceres Adriana.

Nací en Sevilla, Andalucía. De nacionalidad española con algo de portuguesa por ascendencia materna y algo de francesa por la línea paterna. Sin embargo, y aunque suene muy a tópico, me considero ciudadana del mundo.

El Arte. Primeros Encuentros

Mi acercamiento al arte tiene un origen impreciso. Tal como seguramente ocurrió contigo, de pequeña empleaba cualquier medio que encontraba a mi alcance para expresarme y luego corría a compartir aquello que me hacía vibrar. Esto seguramente es común a quienes tuvimos algo de infancia y, en mi caso, seguí disfrutándola durante más años de los convenidos. Me resistía a despedir a aquella que me permitía soñar, así que aprovechaba cualquier ocasión para escapar a sus brazos, costumbre que sigo permitiéndome. Y aquí sigo, enganchada al arte.

Inventar historias o juegos de palabras a través de la escritura era un buen pasatiempos. Quedarme boba  mirando por la ventana aquellas formas de vapor de agua en el cielo que parecían montañas de otros mundos, praderas lejanas, era una buena forma de salir pitando cuando lo que había no me interesaba demasiado o me resultaba molesto.

Disfrazarme con la ropa de los adultos de casa y jugar a conversaciones imaginarias o escenas cotidianas imitando a aquellas personas que llamaban mi atención era darse una buena fiesta. ¿Quién no ha hecho esto alguna vez?

Como a cualquier niña o niño, otro de los entretenimientos era pintar. A mi, en concreto, me entretenía reproducir obras conocidas y como no podía ser de otro modo, la de copiar a los favoritos de la infancia, a los maestros impresionistas. Esta afición me soltó mucho la mano y me enseñó a mirar la luz, me enseñó que el cielo podía ser naranja, que la nieve puede ser violeta y raramente es blanca o que la hierba también es añil. Todo depende de la luz.

real leatherDurante la Primaria pude acercarme experimentalmente a la fotografía, al teatro o la escritura a través de La revista que teníamos en el Colegio.

Con la Fotografía analógica, luego llegará la digital, descubrí el poder mágico de los líquidos reveladores y el efecto de la luz sobre el papel fotosensible en el cuarto oscuro de revelado.

En el grupo de teatro, organizado por el director del Colegio, don Miguel, aprendí a evadirme, incluso de mí misma.

Formación Académica

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Con mis estudios de Solfeo y Piano en un Conservatorio Oficial de Música, siendo pequeña, incluí a esta amiga entre mis compañeras de reparto.

Pero no tenía claro que era lo que quería ser de mayor. Me gustaban demasiadas cosas y me asustaba tener que quedarme toda la vida con una sola.

Al final, opté por la que me preocupaba más en aquellos años. Como toda adolescente, enfadada con el mundo, en mi pretendido afán por cambiar las cosas y mejorar la realidad social me decidí por la educación como profesión y así fue, que acabé licenciándome como Pedagoga en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla.

© 2010 by Ceres Adriana García-Baquero VelascoEste paso por la Universidad me ofrecerá la oportunidad de tener experiencias reales sostenidas desde un punto de vista académico y científico además de propiciar intercambio cultural y humano. Durante aquellos cinco años que, por otro lado, parecían que nunca iban a acabar, tuve ocasión de ver cómo funcionaban las cosas y pensar que no terminaba de encajar en todo aquello. Hoy, mis recuerdos son de un sueño de verano que duró demasiado poco.

Hice mis pinitos en teatro debido a una activa participación en la Asociación de Alumnos y Alumnas de la Facultad y también, a través de, la Delegación de Alumnos de la que fui miembro durante los cinco años que duró mi primer paso por la universidad.

Durante esta etapa escribí algunos guiones que tuvieron buena acogida. ‘Teatro Mágico, cuesta la razón’ fue de esas experiencias que me hacen esbozar una sonrisa cuando reaparece en mi imaginario la escena del estreno.

Escribirla, dirigirla, interpretar mi papel, con una fugaz actuación, en la que hacía de espejo de otra aspirante a actriz y estrenarla pasó como un soplo, sin embargo, recordar aquel brillo en sus miradas, las de los otros, los que miraban, no se olvida fácilmente. En fin, que tocó el alma de nuestro auditorio y tuvimos que repetirla.

Luego pasaron los años, llegaron días grises de humo, alquitrán y claxon. El trabajo comenzaba con la fatiga del café de las seis. No me dedicaba a la educación, no hacía teatro, ninguna acuarela a la vista, solo rutina, esa rutina diaria que te lleva a posponer lo que más deseas porque piensas que puede esperar. Y aún no sé cómo fue, pero recordé aquellas pinturas de mis primeros años y decidí que era el momento de sacar tiempo como fuese.

graduación

Así que solicité una plaza en la Facultad de Bellas Artes, de la Universidad de Sevilla, y allí estuve durante 4 años hasta graduarme en 2015, combinando el café de las seis, antes de ir a aquel trabajo que pagaba mis pinturas, con las tertulias de las tardes de bohème en mis circulo de amistades del mundillo artístico y, como dice esa canción de Charles Aznavour, Et nous vivions de l’air du temps (y vivíamos del aire del tiempo).

Esta decisión de formalizar mi relación con el arte me brindará oportunidades de encuentros con artistas, exposiciones individuales, colectivas y lo mejor de todo, de volver a crear algo que era mío.

También  me ofrecerá ocasiones de experimentación, desarrollo técnico o conocimiento más profundo de dibujo, fotografía, pintura, así como un descubrimiento de otras técnicas, movimientos artísticos o medios de expresión que antes no había experimentado tales como el grabado, la escultura, el videoarte o la performance.

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Pero como era de esperar, y con mi vuelta a las andadas, se despertó la caja de Pandora y, no me resistí a la tentación de seguir mordiendo esta manzana, comenzando el Grado universitario de Psicología Clínica en 2015.

Esta nueva andadura responde a mi necesidad de continuar buscando respuestas a cuestiones relacionadas, en esta ocasión, con las bases biológicas de la conciencia humana y sus procesos mentales y, relacionadas con la percepción de la realidad, siguiendo la línea de mi trabajo artístico que combino con mi dedicación a la enseñanza como Orientadora Educativa.

Hacia dónde

En la actualidad, compaginando proyectos artísticos, otros de gestión cultural, con trabajo en el sector de la enseñanza. Sigo motivada e inserta en un ámbito de trabajo en el que necesito conocer, experimentar, contrastar y ampliar constantemente mi horizonte. El impulso que me mueve es el de no tomar asiento, siendo para la ciencia, del latín ‘scientĭa’ (conocimiento), ese otro lugar adonde acudo cuando tengo sed. Así que para mí la cuestión se mueve entre la ciencia y el arte.

CEMENTO Y AGUAEs esta estimulante espiral en la que me muevo, la que me hace adoptar una posición de aprendizaje y en constante diálogo con el conocimiento, buscando enriquecer el discurso de mi trabajo artístico y, luego, compartir la belleza que, por ventura, encuentro a mi paso con la idea de mover mi pensamiento y un poco el de quien mira o participa de este banquete del que nunca me sacio.

C’-2′-)

kintsukuroi, 2019
Kintsukuroi, 2019
«Debe poseer el investigador, temperamento artístico que le lleve a buscar y contemplar el número, la belleza y la armonía de las cosas, y sano sentido crítico capaz de refrenar los arranques temerarios de la fantasía y de hacer que prevalezcan en esa lucha por la vida entablada en nuestra mente por las ideas, los pensamientos que más fielmente traducen la realidad objetiva.»
Santiago Ramón Y Cajal  (1941).